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lunes, 27 de febrero de 2017

MEMORABILIA III:

XAVI. FINS DESPRES, CAPITÁ [1]


Xavi Hernandez, redefinió el concepto del volante mixto
El domingo 24 de mayo de 2015 en la cancha del Camp Nou se despidió un jugador diferente, un genio, un ídolo como pocos, Xavi Hernández. Por tal motivo, entonces y ahora es casi un sacrilegio no hablar de uno de los jugadores que integró y rubricó con su talento a uno de los mejores clubes de la historia y del cual fue estandarte y pieza fundamental.

Aunque el fútbol sea extraño, pues no siempre los jugadores talentosos son recordados y acompañados por los títulos durante su carrera, el caso de Xavi  es una excepción. Su palmarés de 17 años de actividad (1998-2015) en la elite del fútbol mundial así lo demuestra: 7 Ligas de España, 3 Copas del Rey, 6 Súper Copas de España, 4 Ligas de Campeones, 2 Súper Copas de Europa, 2 Mundiales de Clubes, esto con el FC Barcelona además de 1 copa mundial sub-20 (1999),1 medalla de Oro olímpica (2000), 2 Eurocopas (2008 y 2012) y un mundial de Fútbol (2010) con la Selección de España. Por encima de esto, a Xavi se le juzga por esa exquisita forma de jugar, por esa capacidad de dirigir los tiempos de un equipo, por ser el jugador que mejor representó en el campo lo que teóricamente se entiende como una transición en el fútbol. Su admirable capacidad para proteger el balón y dirigirlo con precisión al espacio era única. Defenderse con el balón y hacerlo circular verticalmente para siempre atacar los espacios del rival era la constante en el 6 catalán.    

Resulta raro encontrar en la historia reciente del fútbol un caso como el de Xavi Hernández Creus, es decir, un jugador que a lo largo de su carrera personifique los valores futbolísticos de una institución que a su vez posa de representar la identidad histórica de una región[2] que se contrapone al  centro del poder monárquico, y a su referente por antonomasia , el Real Madrid. El fútbol made in Barca (folclóricamente llamado tiki-taka) puso en primera plana la valía de los jugadores de las divisiones inferiores y su formación física, mental y futbolística como imperativo para el  presente y futuro del juego, hecho muy lejano de su rival histórico el Real Madrid que lograba formar interesantes jugadores en sus divisiones inferiores pero los desechaba sin dejarlos debutar en primera división privilegiando la llegada de costosos jugadores con un fin eminentemente comercial. Tal fue la síntesis de los “galácticos”. Otra arista que muestra la diferencia entre estas dos instituciones futbolísticas tiene que ver con el trato hacia sus ídolos. El hecho más reciente tiene que ver justamente con Xavi e Iker Casillas, el uno despedido como un grande frente a 93.000 personas que repetían su nombre a rabiar y el otro pronunciando un breve y lacrimoso discurso en una fría sala de prensa frente de una veintena de periodistas preocupados únicamente por registrar el escándalo de su salida del club[3].

EL JUEGO


el reemplazo natural de Guardiola le logró superar futbolisticamente.
El Barca vino a recuperar su lugar como referente obligado del fútbol hasta y desde hace una década, si bien antes habían existido modelos futbolísticos importantes para continuar la identidad estético-futbolística que inculcó Johan Cruyff, ese fútbol total de toque, posesión y transición que conquistó la primera Champions League para el club, solo duró su tiempo como entrenador (1988-1996) . A partir de allí vendría una “pausa” para el club. Para 1998 La conocida broma “no hay nada más holandés que el Barcelona” que por aquel entonces circulaba en los mentideros  periodísticos  cobraría sentido y pasaría factura al entonces técnico Louis Van Gaal. Esta situación trastocó los valores institucionales del club; había entonces que ordenar el maltrecho camino que se presentaba. La llegada a empellones de Joan la Porta a la presidencia, así lo mostraría con el tiempo al confiar el futuro del club a la cantera  “La Masia”.  Xavi sería parte de esta transición. Su debut ocurre durante la segunda época de Van Gaal en la dirección técnica del club siendo el reemplazo natural del por entonces capitán Josep Guardiola. Desde allí su comparación con Guardiola fue un lugar común entre los hincas y expertos siendo Hernández sujeto de desconfianza y subestimación. No obstante, con el paso del tiempo y la llegada de técnicos como Frank Rijkaard su juego maduró y afianzó su titularidad que además tomó mucha más exposición en un equipo que lograría desarrollar y evolucionar un juego de  presión, posición y posesión con Josep Guardiola esta vez como técnico. 

El Barcelona deGuardiola (2008-2012) llevó al fútbol a un punto de onirismo casi surrealista despertando y rescatando de manera inesperada en la memoria colectiva sentimientos positivos de felicidad y alegría respecto al juego de la pelota, donde el resultado no era lo más importante y el éxito valía por la forma en que se conquistaban los objetivos. esto es, a la luz de no cambiar la forma ni  el estilo ni la manera de enfrentar a los rivales. Un hecho inusual  para esos tiempos en los que la idea táctica predominante era defenderse a toda costa y mantener el cero (este era el escenario ideal para los entrenadores que concebían a sus jugadores como un ajedrecista considera a sus fichas). De aquel Barca de fútbol vertical, maravilloso, casi celestial Xavi era la columna vertebral, Iniesta el cerebro y Messi el espíritu.

Andres Iniesta, Lionel Messi y Xavi Hernández, exhibiendo el Balón de Oro de 20l0. 

Este fútbol no fue lejano a la Selección Española de 2010 que teniendo el 60% de los titulares del club catalán hizo algo totalmente insólito, logró merecidamente convertirse en el campeón mundial. El histórico complejo nacional respecto del fútbol español quedó atrás. La furia se transformó en arte. No obstante, de aquel año quedaría una deuda que no fue ni será saldada: el balón de oro que no se le dio al mejor jugador de dicho año. Este era ni más ni menos que Xavi Hernández. A pesar de ello, el reconocimiento quedó en casa, Messi lo ganó siendo el mejor por debajo de Xavi e Iniesta respectivamente. 

Luego de la semifinal de Champions League, temporada 2009-2010 en la que el barca perdió con el Internazionale de Milán  que alcanzaría el título de la mano de José Mourinho, crecía la sospecha casi certeza de que ya se había descubierto como jugarle y ganarle al indescifrable Barca. Y aunque por un tiempo así lo pareció con los resultados adversos, estos atendían más a un desgaste físico esperable por estar en el primer lugar de manera continua durante dos años y medio. Afortunadamente y para malestar de los críticos, la magia Blaugrana se acomodó a la frialdad del pizarrón y a la táctica. Ella inmaterial y solo visible a través del talento continuó por un tiempo más. Nosotros, los espectadores, pudimos contar con la suerte de haber presenciado una de las revoluciones futbolísticas de más larga duración y más valiosa de la historia del fútbol de los últimos 25 años. Pero esta vez  además, nos mostró contravía de su contexto, que los genios han necesitado de un andamiaje para que su talento sobresalga. Que toda idea futbolística valiosa, ósea, que deja algo para el futuro del juego necesita intérpretes (en plural) que estén dispuestos a aportar su talento por encima de su ego. Que es allí donde nace la genialidad del individuo y del colectivo. Es por ello que el rol que desarrolló Xavi fue tan importante, su liderazgo dentro y fuera del campo escapó a los lugares comunes del caudillismo tan usual y dañino (entre otros) en el mundo del fútbol. Su liderazgo fue leal a la filosofía que promulgaba por el respeto al rival, al balón, al juego y al espectador. Seguramente, el futuro de Xavi estará marcado hacia el banquillo en el rol de entrenador. Y ojalá allí logre un nuevo salto en la forma de ver, pensar y dimensionar este juego como alguna vez lo hiciera Guardiola. 

Quien usó la camiseta del FC Barcelona por más de 17 temporadas se ha retirado dejando una estela magnánima. Si bien los jugadores vienen y van, los que vemos el fútbol desde afuera sabemos que uno como Xavi Hernández difícilmente volverá a aparecer.

 








[1] Xavi. Hasta luego, capitán. en español.
[2] Como lo muestra  la impronta “más que un club” que identifica mundialmente al FC Barcelona.
[3] Pero este no es el  único caso que ha pasado, esta misma situación ocurrió con Roberto Carlos, Raúl González y Guti, entre otros históricos de club blanco.