MEMORABILIA
III:
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Xavi Hernandez, redefinió el concepto del volante mixto |
El domingo 24 de mayo de 2015 en la cancha del Camp Nou se despidió un jugador
diferente, un genio, un ídolo como pocos, Xavi Hernández. Por tal motivo, entonces
y ahora es casi un sacrilegio no hablar de uno de los jugadores que integró y
rubricó con su talento a uno de los mejores clubes de la historia y del cual
fue estandarte y pieza fundamental.
Aunque el fútbol sea extraño, pues no siempre los
jugadores talentosos son recordados y acompañados por los títulos durante su
carrera, el caso de Xavi es una
excepción. Su palmarés de 17 años de actividad (1998-2015) en la elite del
fútbol mundial así lo demuestra: 7 Ligas de España, 3 Copas del Rey, 6 Súper
Copas de España, 4 Ligas de Campeones, 2 Súper Copas de Europa, 2 Mundiales de
Clubes, esto con el FC Barcelona
además de 1 copa mundial sub-20 (1999),1 medalla de Oro olímpica (2000), 2
Eurocopas (2008 y 2012) y un mundial de Fútbol (2010) con la Selección de
España. Por encima de esto, a Xavi se le juzga por esa exquisita forma de
jugar, por esa capacidad de dirigir los tiempos de un equipo, por ser el
jugador que mejor representó en el campo lo que teóricamente se entiende como
una transición en el fútbol. Su admirable capacidad para proteger el balón y
dirigirlo con precisión al espacio era única. Defenderse con el balón y hacerlo
circular verticalmente para siempre atacar los espacios del rival era la
constante en el 6 catalán.
Resulta raro encontrar en la historia reciente del fútbol
un caso como el de Xavi Hernández Creus, es decir, un jugador
que a lo largo de su carrera personifique los valores futbolísticos de una
institución que a su vez posa de representar la identidad histórica de una
región[2] que se contrapone al centro del poder monárquico, y a su referente por antonomasia , el Real Madrid. El
fútbol made in Barca (folclóricamente
llamado tiki-taka) puso en primera
plana la valía de los jugadores de las divisiones inferiores y su formación
física, mental y futbolística como imperativo para el presente y futuro del juego, hecho muy lejano
de su rival histórico el Real Madrid
que lograba formar interesantes jugadores en sus divisiones inferiores pero los
desechaba sin dejarlos debutar en primera división privilegiando la llegada de
costosos jugadores con un fin eminentemente comercial. Tal fue la síntesis de
los “galácticos”. Otra arista que muestra la diferencia entre estas dos
instituciones futbolísticas tiene que ver con el trato hacia sus ídolos. El
hecho más reciente tiene que ver justamente con Xavi e Iker Casillas, el uno
despedido como un grande frente a 93.000 personas que repetían su nombre a
rabiar y el otro pronunciando un breve y lacrimoso discurso en una fría sala de
prensa frente de una veintena de periodistas preocupados únicamente por
registrar el escándalo de su salida del club[3].
EL
JUEGO
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el reemplazo natural de Guardiola le logró superar futbolisticamente. |
El Barcelona deGuardiola (2008-2012) llevó al fútbol a un punto de onirismo casi surrealista despertando
y rescatando de manera inesperada en la memoria colectiva sentimientos positivos
de felicidad y alegría respecto al juego de la pelota, donde el resultado no
era lo más importante y el éxito valía por la forma en que se conquistaban los
objetivos. esto es, a la luz de no cambiar la forma ni el estilo ni la manera de enfrentar a los
rivales. Un hecho inusual para esos
tiempos en los que la idea táctica predominante era defenderse a toda costa y
mantener el cero (este era el escenario ideal para los entrenadores que concebían
a sus jugadores como un ajedrecista considera a sus fichas). De aquel Barca de fútbol vertical, maravilloso, casi celestial Xavi era la
columna vertebral, Iniesta el cerebro y Messi el espíritu.
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Andres Iniesta, Lionel Messi y Xavi Hernández, exhibiendo el Balón de Oro de 20l0. |
Este fútbol no fue lejano a la Selección Española de 2010 que teniendo el 60% de los titulares del club catalán hizo algo totalmente insólito, logró merecidamente convertirse en el campeón mundial. El histórico complejo nacional respecto del fútbol español quedó atrás. La furia se transformó en arte. No obstante, de aquel año quedaría una deuda que no fue ni será saldada: el balón de oro que no se le dio al mejor jugador de dicho año. Este era ni más ni menos que Xavi Hernández. A pesar de ello, el reconocimiento quedó en casa, Messi lo ganó siendo el mejor por debajo de Xavi e Iniesta respectivamente.
Luego de la semifinal de Champions League, temporada
2009-2010 en la que el barca perdió con el Internazionale de Milán que alcanzaría el título de la mano de José
Mourinho, crecía la sospecha casi certeza de que ya se había descubierto como
jugarle y ganarle al indescifrable Barca.
Y aunque por un tiempo así lo pareció con los resultados adversos, estos atendían
más a un desgaste físico esperable por estar en el primer lugar de manera continua
durante dos años y medio. Afortunadamente y para malestar de los críticos, la
magia Blaugrana se acomodó a la
frialdad del pizarrón y a la táctica. Ella inmaterial y solo visible a través
del talento continuó por un tiempo más. Nosotros, los espectadores, pudimos contar con la suerte de haber
presenciado una de las revoluciones futbolísticas de más larga duración y más
valiosa de la historia del fútbol de los últimos 25 años. Pero esta vez además, nos mostró contravía de su contexto, que
los genios han necesitado de un andamiaje para que su talento sobresalga. Que
toda idea futbolística valiosa, ósea, que deja algo para el futuro del juego
necesita intérpretes (en plural) que estén dispuestos a aportar su talento por
encima de su ego. Que es allí donde nace la genialidad del individuo y del
colectivo. Es por ello que el rol que desarrolló Xavi fue tan importante, su
liderazgo dentro y fuera del campo escapó a los lugares comunes del caudillismo
tan usual y dañino (entre otros) en el mundo del fútbol. Su liderazgo fue leal
a la filosofía que promulgaba por el respeto al rival, al balón, al juego y al
espectador. Seguramente, el futuro de Xavi estará marcado hacia el banquillo en
el rol de entrenador. Y ojalá allí logre un nuevo salto en la forma de ver,
pensar y dimensionar este juego como alguna vez lo hiciera Guardiola.
Quien usó la camiseta del FC Barcelona por más de 17 temporadas se ha retirado dejando una
estela magnánima. Si bien los jugadores vienen y van, los que vemos el fútbol
desde afuera sabemos que uno como Xavi Hernández difícilmente volverá a
aparecer.
[1] Xavi.
Hasta luego, capitán. en español.
[3] Pero este no es el único caso que ha pasado, esta misma situación
ocurrió con Roberto Carlos, Raúl González y Guti, entre otros históricos de club blanco.