MEMORABILIA II:
A
LA MEMORIA DE “AMERIKO”
![]() |
Willie, 1966. |
La mascota en el ambiente del fútbol además
de ser un elemento decorativo y festivo intenta representar el sentimiento y los
valores de un club, selección nacional o una competencia. Busca ser un puente
entre el “sentir” del hincha y los valores que se intentan representar e
identificar en una determinada práctica deportiva. Además se convierte en un valioso “anzuelo” a
la hora de involucrar a jóvenes seguidores para la simbología y el marketing deportivos.
En el caso de los mundiales de fútbol, la primera mascota apareció en el mundial de
Inglaterra 1966, su nombre era “Willie”,
un tierno e infantil león digno representante del orgullo monárquico y la
nostalgia respecto al “imperio británico”, (o por lo que quedaba de él). A partir de allí, el desfile de estos simpáticos
personajes no paró y cada vez tomó más importancia en el escenario del naciente
marketing deportivo multinacional.[1]
![]() |
Gardelito, 1987. |
![]() |
Ameriko, 2001. |
“Ameriko”
desde el momento de su presentación en sociedad causó decepción, por así
decirlo. Su estrambótica figura no concordaba con ningún elemento conocido del
folclor, la fauna o la economía nacionales. Su diseño “fue mandado a hacer” con
la ambición y el ardid de los negociantes (entiéndase directivos) de la
Federación Colombiana de Fútbol, quienes solo eran y han sido leales a sus intereses. Como resultado de este
fenómeno de larga duración, el extraño
personaje sería una mascota lejana del corazón de los hinchas y ajena al
sentimiento e imaginario nacionales que se querían proyectar para el torneo
continental, que se realizaba por primera vez en el país. Sus grandes y
almendrados ojos, su color azul y su enmarañado pelo color rojo causó el efecto
contrario que debe causar una mascota, esto es, repulsión.
![]() |
Max Caiman, 1994 |
En la corta
historia de las mascotas creadas para “consumo interno”, una suerte parecida
correría su predecesor, “Max Caimán”,
aunque más longevo este regalo era el símbolo que la marca patrocinadora
regalaría a la selección para animar sus victorias en la eliminatorias hacia el
mundial de USA 94. No es casual que Max
haya sido un integrante de la familia de los lagartos, espécimen arto conocido
en nuestro país y muy visible en los tiempos dorados de aquella selección de
los 90. su tiempo de vida fue de 5 años, Max
Caimán aunque más cercano al sentimiento popular debido a su “empuje” con
el tiempo seria catalogado como “el ave” de mal agüero de la selección debido a
su decidida vocación de “lagartear” los triunfos de la selección[3]. Con el fracaso de la
selección en el mundial, la estantería se vino abajo y con ella nuestro “Max” pasó a algún desván de la cervecería que lo mando
crear dándole extraoficialmente su lugar de “mascota” a “El cole”, un hincha con disfraz de rocambolescas
actitudes, que contó con la particularidad
de no haber dudado en viajar al mundial
de Corea y Japón de 2002 aun no
habiendo clasificado la musa de sus celebraciones y olímpicamente convertirse
oficialmente en la “mascota” de la Selección Ecuatoriana.
La aparición de “Ameriko” y otros sospechosos contratos
en los torneos de la región llevaron a la FIFA a diseñar de manera entera el
esquema promocional y publicitario de sus torneos, de esta manera, se le retiro
esa potestad a las federaciones locales americanas en el caso de los mundiales
juveniles.
![]() |
Ameriko y el publico: La antipatía fue inmediata |
La mascota es
algo si se quiere baladí, lo es, pero “Ameriko”
fue un catalizador de eso que siempre ha rodeado al fútbol, simbólicamente fue
como ese postre que terminó de amenizar una cena que no sabía bien, y (que por
sus irregularidades) de una copa que dejo un mal sabor de boca. Ahora, lo único que recordará la gente de
aquel certamen de 2001 será como siempre sucede en el deporte, el resultado, Colombia
levantó por fin un trofeo, no importara como, no importara que uno de nuestros
vecinos a quien muchos le guardan admiración nos haya dado la espalda, solo
importará que ganamos, fin de la historia oficial. Mientras tanto, en la
historia de la cripta de los vencidos y en la de los damnificados habrá un
lugar privilegiado para Ameriko, quien compartirá el mausoleo
con Max Caimán y Millo
(el mal ejercicio de populismo de los directivos de Millonarios por buscar una mascota para el
conjunto embajador). Su lápida llevará como
epitafio las sabias palabras del entonces presidente de la Federación Colombiana de Fútbol el recordado Álvaro Fina quien dijo
de él (con el ánimo de evadir posibles demandas por parte de la multinacional
dueña del anime): “Ameriko es primo de
Pokemon, pero Pokemon no sabe”.
Tiempo después saldría a la luz pública el origen de Ameriko. Este fue “aportado” por una de agencia anodina de publicidad con sede en
Miami. No extraña entonces lo sucedido luego. Adiós Ameriko, donde te encuentres, buen viaje, debes saber que nunca te
quisimos, te sentimos como un apátrida (de hecho lo eras), buen viaje, solo
fuiste una víctima del marketing enfermizo que te creó y que sigue experimentando sin ninguna
culpa de sus chapuzas y maquinaciones con ese
aun hermoso juego de la pelota. Que descanses en paz, que descanses eternamente Ameriko.
[1] La
primera mascota de la Eurocopa la
encontramos en Italia 1980. Las
mascotas pueden llegar a generar tal grado de afinidad y recordación entre los
hinchas. Mundiales como España 1982 son usualmente recordados por su mascota: “naranjito” y por la inolvidable
selección de Brasil de dicho año.
[2] Formalmente
Ameriko se le define como un
extraterrestre de color turquesa con ojos azules. Su nombre proviene de la
traducción de "América" al esperanto.
[3]
Arango, Samper, Garavito, (2008), Bestiario
del Balón, el lado B del fútbol colombiano, Colombia, Editorial Aguilar, p.
postales de nuestro fútbol.