ERIC
HOBSBAWM, EL HISTORIADOR DUPLICADO[1]
El historiador inglés Eric Hobsbawm (1917-2012), ha sido
una de las figuras más importantes y relevantes de la disciplina histórica durante
una parte importante del siglo XX y el XXI.
Su obra es uno de los referentes más interesantes para explicar cómo se
desarrolló la historiografía durante el siglo pasado. Además, sus trabajos más
famosos conocidos como “las eras” han
servido de marco para estructurar historias alternas a partir de fenómenos
históricos de larga y mediana duración oscilantes entre “La Era de la Revolución 1789-
1848” (1971), “La Era del Capital 1848-1875” (1975), “La Era del Imperio 1875-1914” (1988). La bibliografía de Hobsbawm es
bastante amplia en términos conceptuales y prolífica en polémicas y en los
temas que desarrolló a la par de sus títulos, lo cual representa un valioso escenario
donde podemos ver como lectores y analistas, algunas rupturas, continuidades y
cambios de enfoques y objetos tanto de su práctica investigativa, discursiva
como ideológica.
Si bien su filiación ideológica con el marxismo lo
acompañó a lo largo de su carrera, (de hecho, fue uno de los principales
impulsores, sino el más, para ser reconocido a nivel mundial), su postura en relación con los enfoques y objetos de estudio
expuestos en sus libros merece especial atención porque en ellos podemos
rastrear a un Hobsbawm que se caracterizó
en distintos escenarios, por marcar distancia de manera cada vez más puntual tanto de la historia oficial como del discurso
oficialista del partido comunista vía Moscú, del “socialismo real” estalinista
y posteriormente del marxismo determinista (aunque a veces, esta sutil
distancia para algunos de sus críticos más recalcitrantes pareció más bien un
silencio cómplice). A la par de este hecho debemos tener en cuenta que los
temas que desarrolló Hobsbawm muestran ante todo un carácter inquisitivo y
riguroso dentro de un variopinto
escenario que incluye las revoluciones burguesas, el jazz, el origen de la
clase trabajadora y el arte, la moda y el desarrollo de la práctica histórica,
entre muchos otros.
¿Qué tipo de periodización es posible trazar de
los temas desarrollados por Hobsbawm a través de sus libros?
Lo temas más significativos que Hobsbawm desarrolló a lo
largo de su carrera aparecieron es su órbita analítica desde una temprana edad
para él (específicamente su adolescencia) y una etapa de cambio para el mundo
con el avance de los nacionalismos y el fascismo esto es, formalmente luego de
1930. Por tanto, sus intereses no solo se apegaron estrictamente a lo que
dictaba el libreto del bloque comunista; como sabemos antes que el comunismo se
enfundara en la Unión Soviética, la fuerza que mantuvo la lucha contra el
fascismo y el imperialismo fueron las diferentes agremiaciones comunistas en
Europa a las cuales un decidido joven judío de clase media adhirió.
A mi manera de verlo si se mantiene como premisa lo
anteriormente mencionado, estas líneas de pensamiento (o interés) no serían consecutivas
sino que guardarían la característica de ser paralelas en términos temporales. Podemos
rastrear en la bibliografía de Hobsbawm dicha forma o estructura si tenemos
como guía su autobiografía, “Años
Interesantes: Una vida en el siglo XX” (2003), que de manera magistral nos
ofrece un relato amplio y casi pormenorizado de los intereses académicos que
marcarían de manera significativa la carrera del historiador inglés.
Tanto el discurso histórico y las obras de Hobsbawm son ante todo un escenario abierto al debate, el análisis, la crítica y con esto quiero hacer especial énfasis en el papel activo (el deber ser, claro está), tanto del lector promedio como el de quienes analizan su obra de manera un poco más profesional, algunos de ellos (bastante pocos de hecho), docentes de ciencias sociales. Quiero pensar la obra y la personalidad de Hobsbawm como hechos paralelos y no necesariamente concordantes ni monolíticos, es decir, como un proceso de cambios dinámicos no siempre estructurados dentro de un discurso como el marxista o el comunista. Dentro de las líneas paralelas de pensamiento desarrollo e investigación que he mencionado podemos encontrar a varios Hobsbawm que conviven de manera paralela a lo largo de su bibliografía: el jazzófilo, el crítico literario, el sociólogo, el optimista de otras izquierdas para superar el capitalismo y la decadente Unión Soviética, el historiador con algunos vicios de eurocentrismo, el analista político, el observador participante, el intelectual tipo siglo XX, el profesor universitario, el marxista romántico, el antifascista, el crítico musical que desestimó en su momento a los Beatles y al Rap, el polemista del postmodernismo, el brillante escritor que construyó una narrativa profunda, rigurosa y lúcida.

El trabajo de Eric Hobsbawm es una importante
contribución a lo que en su momento significó el avance de la historia social
en el mundo occidental. Su análisis, lectura y crítica no solo deben servir para la exaltación de la
imagen de un conspicuo investigador, sino además para la necesaria vista de los
fenómenos de nuestro presente como parte de los procesos históricos del siglo
que le antecedió. Es importante entender la obra de Hobsbawm como un escenario
no monolítico es decir, la idea de encasillar a su obra simplemente como un ápice
del marxismo revisionista o como la visión
de un comunista melancólico, es insuficiente y equivocado para abordar
seria y profundamente su estudio. La invitación para lectores, estudiantes y docentes de educación
básica y media está abierta.
[1] Utilizo la analogía de la duplicación tomando como referencia
la novela “El Hombre Duplicado”
(2002) de José Saramago.
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