DILUVIO
Al Señor
Caído no le gusta que lo interrumpan en su sueño eterno y le encarguen de
tareas en tierras ajenas. Bachué diosa suprema, sabia y celosa lo había dejado
claro a los habitantes de Bacatá desde la última inundación. Por eso, decidió
enclaustrarle en su montaña más alta. Pero con la llegada imprevista de la
Hermana Muerte los herederos de los hijos fundadores fueron presa del pánico y
de las eternas caricias del viento que arrastra el olvido. Por eso, recurrieron
al cautivo Señor olvidando a Bachué,
madre primigenia e irascible. Desde entonces no ha parado de llover.
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